Losada, ¡en mi casa mando yo!, así rezaba la polémica campaña con la que Negreira y
el PP intentaron convencer a los coruñeses de la cuadratura del circulo, o lo
que es lo mismo, que Javier Losada iba a ir manzana por manzana robando pisos a
los edificios coruñeses. Meses después de un engaño para el que tergiversaron
términos urbanísticos y empapelaron la ciudad con la ayuda, por acción u
omisión, de colectivos que debieron estar del lado del PXOM; Negreira llegó a
María Pita tras asegurar que si gobernaba ningún edificio de Coruña quedaría en
fuera de ordenación.
Lo
intentó el agosto pasado mandando a la
Xunta y haciendo pública una normativa que tanto él como su
concejal de urbanismo sabían que no saldría adelante. En ella se incluía la
sustitución de un edificio como supuesto por el cual se permitía construir el
mismo volumen que el edificio derribado sin tener en cuenta las normas zonales.
O lo que es lo mismo, que si se tira un edificio de 9 plantas se puedan volver
a hacer 9 plantas aunque la norma por ancho de calle diga 4. Ni que decir tiene
que al edificio de al lado que tiene 4 solo se le dejaría mantener sus 4,
creando por tanto una reserva de dispensación, algo ilegal según la Ley de Suelo española.
Un
misterioso informe de la Xunta
que aun nadie ha hecho público obligó el pasado diciembre a tumbar esta
normativa y ha aprobar una nueva en navidades, como bien puede percibir el
ciudadano todo en fechas de gran atención informativa. En esta nueva normativa
la sustitución se elimina de los supuestos en los que se puede recuperar las
alturas y volúmenes del edificio original, quedando sólo en este apartado la reconstrucción y recuperación tipológica que
sólo afectan a edificios catalogados, edificios que por otra parte nunca
podrían estar en fuera de ordenación. En caso de sustitución, dice la
normativa, las obras deberán adaptarse
íntegramente a los parámetros de posición y forma regulados en la norma zonal.
En resumen, si se tira un edificio de 9 plantas y la norma zonal solo permite
4, el nuevo edificio deberá ceñirse a las 4 plantas permitidas. Este cambio
vuelve a dejar las mismas viviendas en fuera de ordenación parcial que la
normativa que atacó el PP, ante lo cual solo cabe preguntarse si mintieron para
llegar al poder. Todo parece indicar que sí.
A
los cambios normativos hay que sumar la eliminación de las alturas permitidas
en los planos, que busca ocultar la vuelta del fuera de ordenación y además
entorpecerá peligrosamente la labor de los técnicos de urbanismo a la hora de
otorgar licencias.
Va
siendo hora de que quienes hoy gobiernan en María Pita den luz sobre el Plan y
lo enseñen con claridad a los ciudadanos, sin intentar ocultar las mentiras que
les llevaron a ocupar los cargos que ostentan.
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